Decir que no puede parecer un gesto simple. Pero para muchxs, es una de las tareas más difíciles del proceso terapéutico. Porque detrás de cada “sí” que damos sin querer, muchas veces hay miedo: a decepcionar, a ser rechazadxs, a no ser queridxs.
🎭 El “sí” automático y sus raíces
Desde muy pequeñxs aprendemos que agradar es una forma de pertenecer. Que ser “buenxs” es complacer, adaptarse, ceder. Y así, sin darnos cuenta, empezamos a poner las necesidades de otrxs por encima de las nuestras. Hasta que un día, el cuerpo se cansa. La ansiedad aparece. El enojo se acumula. Y ya no sabemos cómo salir de ese lugar.
🌿 Decir que no también es cuidarse
En terapia, reaprender a poner límites no es un acto egoísta. Es un acto de amor propio. Es reconocer que no podemos con todo, que no somos responsables de la comodidad emocional de lxs demás, y que merecemos espacios donde nuestras decisiones sean respetadas.
Decir que no no es rechazar al otrx: es elegirnos a nosotrxs.
🌈 Un espacio para practicar nuevos límites
En Mentes Agitadas, entendemos que poner límites puede dar miedo. Por eso, la terapia es también un laboratorio seguro donde ensayar nuevas formas de vincularnos. Donde podés decir “esto no me hace bien” sin sentir culpa. Donde tu “no” no necesita explicación.
Porque a veces, el primer paso para sanar es dejar de decir que sí cuando en realidad querías decir que no.
¿Querés que lo acompañe con una frase para redes o una imagen sugerida para ilustrarlo?